jueves, 25 de mayo de 2023

MEDICINA DEL TRABAJO EP. I -REVOLUCIÓN INDUSTRIAL-

 






El acontecimiento que moldeó nuestro oficio definitivamente tuvo una época puntual en la historia, hablemos sobre el impacto que tuvo la revolución industrial cuyo nacimiento se desarrolló en la Gran Bretaña, sobre la medicina del trabajo y la salud ocupacional.

La Revolución Industrial del siglo XVIII y XIX marcó un cambio drástico en la forma en que las personas trabajaban en Inglaterra. A medida que la industrialización avanzaba, surgió una fuerza laboral cada vez más numerosa y la producción en fábricas y minas se intensificó. Sin embargo, este rápido desarrollo industrial también trajo consigo graves problemas de salud y seguridad para los trabajadores.

Durante este período, la salud ocupacional en Inglaterra era prácticamente inexistente. Las condiciones de trabajo eran extremadamente peligrosas y las medidas de seguridad eran escasas o nulas. Los trabajadores se enfrentaban a jornadas laborales extenuantes, con largas horas de trabajo en entornos insalubres y con maquinaria peligrosa. La falta de regulaciones y protecciones legales permitía que los empleadores priorizaran la productividad sobre la seguridad y el bienestar de sus empleados.

Uno de los principales impactos negativos de esta situación fue el aumento de las enfermedades ocupacionales. Los trabajadores se encontraban expuestos a sustancias tóxicas, como el plomo, el mercurio y el arsénico, utilizadas en diversas industrias. Esto causaba enfermedades respiratorias, envenenamientos y otros trastornos graves. Además, la exposición a condiciones insalubres y falta de higiene en las fábricas y minas propiciaba la propagación de enfermedades infecciosas, como la tuberculosis y el cólera.

El impacto de la salud ocupacional deficiente también se reflejaba en las lesiones y accidentes laborales. La maquinaria pesada y no regulada, junto con la falta de capacitación adecuada, aumentaban significativamente el riesgo de sufrir lesiones graves o incluso la muerte en el lugar de trabajo. Los trabajadores se encontraban expuestos a peligros como amputaciones, quemaduras, aplastamientos y caídas, sin contar con una protección adecuada.

Afortunadamente, con el tiempo, el creciente reconocimiento de estas condiciones inhumanas llevó a la lucha por una legislación laboral más justa. A mediados del siglo XIX, se implementaron las primeras leyes y regulaciones que buscaban mejorar las condiciones de trabajo y la salud ocupacional. La Ley de Fábricas de 1833 y la Ley de Salud y Moralidad de 1848 fueron algunos de los primeros pasos hacia la protección de los derechos y la salud de los trabajadores.

En conclusión, durante la Revolución Industrial en Inglaterra, la falta de atención a la salud ocupacional tuvo un impacto devastador en los trabajadores. Las condiciones de trabajo peligrosas y la ausencia de protecciones legales llevaron a enfermedades ocupacionales, lesiones graves y una alta tasa de mortalidad laboral. Sin embargo, a medida que se tomó conciencia de estas condiciones inhumanas, surgieron movimientos para mejorar la legislación laboral y la protección de los derechos de los trabajadores, sentando las bases para el desarrollo de la salud ocupacional y su importancia en la sociedad actual, y es ahí donde entramos todos nosotros como empresas recientes dedicadas a la salud ocupacional, desde sus médicos reconocemos y honramos a esos primeros  trabajadores cuyo esfuerzo y penurias llevaron a la medicina del trabajo a los niveles en los que hoy se encuentra.

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